En Baja California existen numerosos recursos minerales, que se clasifican en metálicos y no metálicos, y por sus yacimientos minerales, se divide en cinco provincias mineras.

Provincias mineras

Primera provincia. Son yacimientos de sulfuros meso termales de fierro, cobre y oro, se les atribuye un origen hidrotermal relacionado con intrusiones graníticas del cretácico. Sus localidades principales son: Mina El Sueño de Oro, San Antonio, Misión San Vicente, Punta San Isidro, zona al Este de El Rosario, al Sureste de la Misión de San Fernando y El Arco.
Segunda provincia. Corresponde a las vetas de oro en rocas meta sedimentarías e ígneas distribuidas a lo largo de la península. Las principales localidades son: Real del Castillo, El Álamo, El Socorro, Valladares, el Este de San Quintín, el Noroeste de Laguna Seca Chápala, el Este de Calamajué, El Desengaño, León Grande y Mina Columbia.
Tercer provincia. Corresponde a los depósitos de tungsteno en las siguientes localidades: La Olivia, La Pilita, Los Gavilanes, El Fenómeno, Sierra Cucapah y Sierra del Mayor.
Cuarta provincia. Corresponde a los depósitos de travertinos, sulfuros de manganeso, azufre, barita, wulfenita, estibinita, plomo, zinc y plata. La distribución de estos depósitos es muy compleja y las localidades son numerosas.
Quinta provincia. Implica los depósitos de plac

er de oro, desarrollados durante el Cenozoico, con localidades en: Campo Juárez, Los Pinos y Campo Nacional, El Álamo, El Socorro, Valladares, Real del Castillo y Pozo Alemán.